[testimonial author=»EZEQUIEL RE – EL DIARIO»]
El film Luna de Avellaneda narra ingratos sucesos que vivieron muchas entidades sociales y deportivas, destruidas u olvidadas. La película fue disparador para una Ley nacional de Clubes de Barrio, que ya obtuvo media sanción en Diputados y el Senado tratará antes de fin de año. En el marco de la reunión de presidentes del Mercosur, la Unión Nacional de Clubes realizó una convocatoria para difundir la legislación.
Si estamos todos, el éxito está asegurado”, reza un amplio cartel ubicado en el gimnasio del club San Agustín de Paraná. El lema pertenece a la Unión Nacional de Clubes de Barrios, una entidad, que según dice su presidente Claudio Rial nació inspirada por aquella película de Juan José Campanella Luna de Avellaneda (2004). Con la actuación de Ricardo Darín y un reconocido elenco se cuenta la decadencia que sufre una entidad de barrio que contó con un esplendor pasado y vive un presente de olvido, con el interés de unos pocos voluntariosos para sostener el club para no terminar en ser un casino.
Pero de la ficción forma parte de una realidad en todo el país, en que muchas entidades sociales y deportivas pasaban por la misma situación. Ante la desprotección legal y la ambición de unos pocos, muchas entidades comenzaron a cerrar sus puertas.
En ese marco, Paraná tiene una experiencia ejemplo en el país. En 1994 se conformó la Asociación de Clubes de Paraná (Acludepa) que hoy nuclea a 75 entidades y que apunta a luchar por ciertos beneficios. También la provincia fue una de las primeras en contar con una Ley de Deporte y otra de Inembargabilidad de bienes a los clubes. Sin embargo, varias entidades estuvieron a punto de rematarse o perdieron su infraestructura. Los casos emblemáticos son el Club Atlético Belgrano, Hindú Club (desaparecido) y el Jockey Club –cuyo hipódromo fuera trasladado a Oro Verde–. Fue así que ante los vaivenes los buenos dirigentes decidieron agruparse y salir a pelear.
Legislación. Pasó el tiempo, se creó la Unión Nacional de Clubes de Barrios y se consiguió un gran objetivo: Fomentar una ley que los proteja y los ayude. Ley que ya tiene media sanción por parte de la Cámara de Diputados de la Nación y antes de fin de año tendría la aprobación del Senado. En 2015 la normativa empezará a actuar en beneficio de 10.000 entidades deportivas del país. Fue precisamente este último miércoles que fue presentada en Paraná en el marco del Foro Nacional de Clubes de Barrios. San Agustín, club enraizado en un sector popular de la ciudad, fue anfitrión de la dirigencia local, pero también de visitantes de clubes de barrio de San Vicente, Avellaneda y Berazategui (Buenos Aires).
Tras el mensaje de bienvenida de la intendente Blanca Osuna, el titular de la Unión de Clubes, Claudio Rial, tomó la palabra para elogiar la Ley que será promulgada próximamente ya que “el deporte en un club de barrio es un derecho, tanto como el hogar y la educación. La ley es un derecho y en siete puntos apunta a las mejoras edilicias como así también beneficios en el pago de agua, luz o gas”, indicó.
Rial ejemplificó con Acludepa, “esta entidad es ejemplo, tiene 75 clubes en regla. En Avellaneda somos 160, y 145 tienen problemas de documentación”, comentó. Luego tomó la posta el titular de Acludepa, Hugo Grassi, quien no dudó en señalar una frase mencionada alguna vez por el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri: “Para un gobierno, los dirigentes de los clubes somos los funcionarios, más baratos, hacemos contención y no cobramos un peso”, esgrimió para ir más allá: “En los clubes humildes no existe el presupuesto porque los chicos no pueden pagar la cuota, se vive del día a día y la plata sale de los bolsillos de los dirigentes. Los clubes merecen atención por el trabajo que realizan a favor de la sociedad, allí no hay delincuentes ni drogadictos”.
La Ley de Clubes tuvo como protagonista, en algunos de sus articulados, al diputado nacional Julio Solanas. “Nací en un club de barrio como lo es Ministerio y esta ley es un homenaje a todos los dirigentes que todos los días con su auto, van y vienen buscando a los chicos para que hagan deportes, les dan de comer y viven para ellos. Ratificamos con esta ley la búsqueda de una sociedad igualitaria porque además el deporte da oportunidades a quienes muchas veces creen que no la tienen”.
Con un enérgico discurso el ex intendente de Avellaneda y actual coordinador de Foros de Clubes de Barrio, Oscar Laborde, aseguró que esta ley además de enaltecer a las entidades las va a financiar, y que bueno que la Cumbre Social justamente tenga su puntapie inicial con este foro”.
De película. Antes de abrirse el debate el mentor de la Ley, el diputado Edgardo Depetri, sostuvo que “esta iniciativa surgió tras 50 foros de clubes de barrios, los dueños de esta ley son los clubes, es un derecho para que los pibes no estén en una plaza sino en su club practicando y pudieron utilizar agua caliente e infraestructura acorde. El club se destruyó, muchos cerraron sus puertas. Hoy se están abriendo nuevamente”.
Ya en la charla debate, cada uno contó sus experiencias. Claudio Rial, además presidente de Instituto Atlético Cultural de Sarandí, rememoró: “La película Luna de Avellaneda que fue presentada en 2005 en nuestro club con la presencia de Campanella y fue fuente de inspiración para que nos unamos y luchemos por nuestros derechos. Antes de la sesión en la que se le dio media sanción a la Ley, nos movilizamos 10.000 personas un sábado a la tarde con 40 grados. Eso es compromiso y por ejemplo varios clubes pudieron reabrir sus puertas, entre ellos Piraña (que participó del ascenso de AFA en su mejor momento), fundado en la década del 40“.
Así Luna de Avellaneda motorizó clubes humildes que tendrán, según la Ley, el apoyo esperado tras tantos años de lucha. Sí. De película.
Realidades que duelen
No todo es color de rosa. Una vez que se apruebe la Ley habrá que trabajar para que esas entidades que padecen una difícil realidad social puedan salir adelante con hechos, apoyo legal y aportes económicos. En ese sentido el Club Banfield, ubicado en el barrio Francisco Ramírez, recordó que volvieron a reflotar la entidad con mucho esfuerzo, aunque sienten la desprotección. “Incluso del barrio se fue la cuadrilla de Argentina Trabaja, que nos ayudaba”, mencionaron.
Ariel Bello, presidente de Ciclón del Sur, no pudo evitar la emoción. Fue cuando mencionaba que su club fundado en 1985 hoy practica en un terreno prestado de la zona de Cuarteles, donde los chicos no tienen vestuarios ni agua caliente y se tienen que cambiar debajo de un árbol. El club recibe chicos de Anacleto Medina, Gaucho Rivero, Padre Kolbe y otros.
San Miguel del Sudoeste es otra entidad que quiere resurgir. De ello organizó varias actividades en beneficio de los chicos de Paraná XVI.
La esperanza la brindó Nino Nieres. Junta pibes en su escuela de fútbol que tiene en barrio Macarone. Los lleva, los busca, les da de comer. Algunos incluso mostraron destrezas y participaron de un concurso de canto en Canal 9 o se dedicaron a la natación con buenos resultados. Banfield, Ciclón, las vivencias de Nino, son ejemplos de la desatención del Estado, pero también de tesón que se espera poder resguardar con la nueva ley.
AL MARGEN
Alcances. La Ley de Clubes de Barrio comprenderá a entidades deportivas de ciudades, parajes y pueblos pequeños que contengan entre 50 a 2000 socios. Prevé coberturas legales, rebajas en impuestos de gas, luz y agua, y apoyo económico para el desarrollo de su infraestructura.
FOTO (1): Oscar Laborde, Julio Solanas, Edgardo Depetri, Blanca Osuna, Claudio Rial y Hugo Grassi durante el Foro de clubes de barrio.
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